domingo, 17 de abril de 2016

Mitos en la alimentación ¿Verdad o mentira?

Mitos alimenticios
La alimentación es un tema que ha suscitado un gran interés a lo largo de la historia. Este interés, unido a una cierta ignorancia, han favorecido el desarrollo de numerosos errores y mitos sobre la alimentación, que han provocado injustificadamente un cambio en el comportamiento y en los hábitos alimentarios de muchas personas.
Así, han sido numerosos los alimentos a los que se les han atribuido características y propiedades falsas debido al mito. "Las frutas al final de la comida engordan”, “tomando una nuez por la mañana disminuyo los niveles de mi colesterol”, “me engordan los nervios...” son algunas de las creencias que se mantienen a consecuencia de numerosas fuentes que carecen del más mínimo aval científico.
Ya que la alimentación constituye un hecho tanto biológico como cultural, las creencias y opiniones se han extendido en nuestra sociedad, bien transmitiéndose por el boca a boca a través de generaciones, o bien por el tipo de publicidad a la que estamos sometidos.
Sin embargo en la actualidad, y gracias a la base científica de la que disponemos, es posible desmontar esas creencias, a veces muy arraigadas, recurriendo a las opiniones y consejos de verdaderos profesionales de la nutrición y la salud.

Hay alimentos buenos y malos

FALSO: No hay ningún alimento perfecto y completo, ni tampoco hay un alimento perjudicial. El conjunto y la variedad son los que determinan que exista una dieta sana y equilibrada. Lo correcto es establecer las proporciones concretas en el consumo de alimentos que permiten conseguir un peso adecuado, pero garantizando el mantenimiento de una buena situación nutricional.

El agua engorda durante las comidas

FALSO: El agua es un nutriente acalórico, es decir que no aporta calorías. Por tanto no engorda ni adelgaza si se toma antes, durante o después de las comidas. Además, el agua es una fuente importante de minerales y electrolitos y un elemento vital para mantenernos correctamente hidratados.

Hay alimentos que adelgazan

FALSO: Todo alimento aporta calorías, el principal condicionante es la ingesta de las misma. Por tanto lo determinante es la dieta total, no hay un alimento concreto, ningún alimento hacer perder un gramo. Hay que encontrar el equilibrio entre la ingesta y el gasto energético.

La fruta después de la comida engorda

FALSO: La fruta tiene las mismas calorías, no engorda porque se tome en un determinado orden, sino porque la cantidad de calorías ingeridas supere las necesidades del individuo. Lo que sí es cierto es que la fruta tiene un alto contenido en fibra, lo que provoca una sensación de saciedad. En determinadas dietas de adelgazamiento lo aconsejan porque se tiene menos apetito en los platos siguientes. Una dieta equilibrada debe incluir el consumo de al menos tres piezas al día de fruta, ya que son una fuente importante de vitaminas y minerales

El pan engorda... y la miga más

FALSO: El pan no es un alimento de elevado valor calórico y además es pobre en grasa. Es rico en hidratos de carbono, nutriente que constituye la base de la dieta mediterránea. Otra falsa leyenda que acompaña al consumo de pan, es aquella que afirma que la miga engorda mucho. Es incorrecto, ambas son el mismo producto, lo que ocurre es que la corteza por acción del horneado se deshidrata mientras que la parte interior (la miga) conserva mayor cantidad de agua, de ahí su aspecto esponjoso

Los alimentos light adelgazan

FALSO: Los alimentos light son aquellos a los que se les ha reducido o eliminado alguno de sus componentes calóricos, pero eso no significa que sirvan para adelgazar. En todo caso, que engordan menos, por así decirlo, que el mismo alimento no light.

Los productos integrales tienen menos calorías

FALSO: Suelen contener cantidades muy similares al producto no integral, lo que realmente les diferencia es que los productos integrales poseen una cantidad mayor en fibra. Un ejemplo, tanto el pan blanco como el integral aportan las mismas calorías. La ventaja radica en que la fibra mejora el tránsito intestinal y tiene un poder saciante sobre el apetito.

Es necesario tomar suplementos vitamínicos

FALSO: Normalmente es suficiente la cantidad de vitaminas y minerales que se aportan a través de una dieta variada y equilibrada. No hay evidencias científicas de que el aporte de vitaminas en personas sanas mejoren el cansancio, el apetito, etcétera. Si no existe una deficiencia clara, un suplemento de vitaminas sin necesidad no tiene efectos positivos. Se recomienda el consumo de suplementos sólo bajo prescripción médica.

Los alimentos frescos son más nutritivos que los congelados

FALSO: El frío de la nevera o el congelador mantiene las cualidades de los alimentos sin alteración, por lo que un pescado o una carne congelada no te va a aportar menos nutrientes que si los comieras frescos.

Saltarse una comida adelgaza

FALSO: Es un mal hábito. Los especialistas recomiendan realizar cinco comidas al día, de esta manera controlamos nuestro sistema hambre-saciedad, ya que al repartir la ingesta en varias tomas al día no llegamos a la siguiente comida con un hambre excesivo que nos haría comer de más.

El café eleva la tensión arterial

FALSO: Este tipo de bebida contiene cafeína, y por tanto es estimulante, pero relativamente pequeño el efecto sobre la elevación de la tensión arterial frente a otro tipo de nutrientes, como la sal, que utilizada en exceso en la dieta puede ser un factor determinante en las cifras de tensión arterial.

Colesterol, alimentos buenos y malos

FALSO: Los alimentos no son ni buenos ni malos en función de la cantidad de colesterol que contengan, hay más aspectos que considerar. El colesterol es necesario, lo importante es evitar el exceso. De ahí que haya nutrientes como el huevo, donde se demostró que además de contener colesterol, posee proteínas como la lecitina, vitaminas y minerales. Este es un ejemplo claro de considerar al huevo como un alimento malo cuando se ha demostrado que tiene un valor nutricional importante. Es importante preocuparse por la ingesta en exceso de colesterol, pero no podemos condicionar la salud y la mortalidad con este componente, siendo más positivo aumentar la actividad física, limitar el consumo del tabaco y alcohol, etcétera.

Mezclar hidratos de carbono y proteínas engorda

FALSO: Es el fundamento de muchas dietas llamadas disociadas, pero no tiene ninguna base científica. Es muy difícil separar los alimentos en función de los nutrientes que aportan, ya que cada alimento es una mezcla de nutrientes.

Los alimentos que llevan grasas vegetales son más sanos

FALSO: Puede dar lugar a confusión, ya que se puede entender que contiene aceites de oliva o girasol, y de donde provienen es del aceite de coco y de palma, que suelen aumentar más el colesterol en sangre.

Mi metabolismo es muy bajo y por eso engordo

FALSO: Las calorías que necesita una persona sana van en función de la edad, peso y talla, lo que se denomina metabolismo basal; por eso cuanto mayor sea su peso mayor será su metabolismo. Es la masa muscular la que se encarga de quemar calorías, por ello se recomienda realizar ejercicio físico.

Mi exceso de peso es por la retención de líquidos

FALSO: Científicamente, tanto el sobrepeso como la obesidad se caracterizan por un exceso de grasa corporal, y no de líquidos. Por eso se aconseja no usar indiscriminadamente diuréticos sin el control de un especialista, ya que puede ser perjudicial para la salud.

Los nervios me engordan

FALSO: El aumento de peso lo origina una ingesta excesiva de alimentos de alto contenido energético que se ve favorecida en determinados estados de nerviosismo o de ansiedad en determinadas personas.

jueves, 25 de septiembre de 2014

EL FLATO




EL FLATO

Todos en algún momento hemos sentido un fuerte dolor en el costado cuando corremos. A menudo se suele decir que el dolor es producto de los gases (de ahí el término de flato o flatulencia) pero esto no es sino uno de lo tantos mitos falsos que existen entorno a este dolor repentino.

El FLATO es un dolor punzante que aparece cuando hacemos actividad física y localizado debajo de la caja torácica y, normalmente, en el costado derecho. Es un dolor que aparece, molesta y desaparece cuando dejamos de realizar la actividad que lo ha provocado.

¿Causas de su aparición?
  1. La primera señala que podría estar producido por las oscilaciones de la carrera debido a la tensión que ejercen los ligamentos que unen el estómago con el músculo respiratorio diafragma. Los ligamentos tiran hacia abajo y es entonces cuando se produce el dolor. Esta teoría también explicaría por qué aparece el dolor cuando comemos o bebemos demasiado.
  2. Otra de las hipótesis apunta que el dolor se puede producirse por la falta de sangre que recibe el diafragma, dando lugar a la fatiga muscular. Cuando hacemos deporte la sangre se dirige hacia los músculos implicados en el movimiento reduciéndose la cantidad de sangre que llega al diafragma. Según esta teoría, esto también se produce cuando comemos o bebemos ya que el flujo sanguíneo aumenta en el estómago para hacer la digestión y disminuye la cantidad de sangre que llega al diafragma dando lugar a la aparición del dolor.
  3. Según las últimas hipótesis, el estómago roza cuando está lleno con el peritoneo y éste se irrita produciendo dolor. El peritoneo es una membrana muy sensible que rodea al estómago y las vísceras.
Todavía no está clara la causa única de este dolor pero se tiende a pensar que lo más probable es que esté motivada por diversos factores.



¿Cómo prevenirlo?
  1. Para evitar el flato es conveniente tener una adecuada salud digestiva y evitar la acidez o la inflamación intestinal. Estos problemas gastrointestinales se pueden solventar teniendo una buena alimentación.
  2. Es importante usar calzado con una buena amortiguación y una buena técnica de carrera para minimizar las oscilaciones en la carrera.
  3. Da tiempo a que el cuerpo realice la digestión (unas 2-3 horas). De esta forma evitaremos que el estómago tenga mucho peso.
  4. Si necesitas hidratarte durante la carrera, bebe a pequeños sorbos y de manera constante. Los grandes sorbos harán que tu estómago reciba mucho peso de golpe.
  5. Evita quedarte sin oxígeno, respira de forma controlada retrasando la aparición de la hipoxia.

Pero una vez aparecido éste debemos de:
  1. Realizar una respiración profunda controlada mientras corres para estirar el diafragma.
  2. Disminuir el ritmo de carrera y acompasar la respiración.
  3. Mantener un buen tono abdominal para evitar excesivo movimiento de los órganos situados en la zona abdominal.
  4. Presiona con la mano la zona en la que localices el dolor mientras respiras regularmente y pausadamente.
  5. Estirar el brazo del lado doloroso y flexionar el tronco hacia el contrario.




¡¡...Y sobre todo, no dejes de hacer actividad física!! porque el entrenamiento también te ayudará a que el flato no aparezca.

viernes, 19 de septiembre de 2014


MITOS SOBRE EL ENTRENAMIENTO DEPORTIVO

  Rompemos algunos mitos relacionados con el entrenamiento deportivo. Este artículo está relacionado con el entrenamiento de la fuerza en edades tempranas.